Me presento ante aquellos que se vayan a parar dos minutos a leerme.

Me llamo Enol Otero y soy una de las más recientes incorporaciones a la plantilla de la Agencia la Playa, por tanto las siguientes reflexiones y experiencias están basadas en la experiencia adquirida durante los primeros meses como agente inmobiliario.

He de recalcar antes de continuar que estoy totalmente convencido de que tanto las vivencias, como las cualidades y capacidades obtenidas durante este tiempo se han potenciado de sobremanera gracias al gran arropamiento que he tenido desde el minuto uno en la empresa, lo cual me ha permitido adentrarme a pasos agigantados en este apasionante mundo.

A la hora de desarrollar esta profesión te enfrentas principalmente a dos clientes claramente diferenciados, cada uno de ellos con sus necesidades, miedos y preocupaciones. Por ello, la experiencia tanto con un cliente comprador como con un cliente vendedor, aunque aguardan gran cantidad de similitudes, no es exactamente la misma.

¿Cuál es la principal similitud entre ambos clientes? La respuesta es muy sencilla, que ambos son seres humanos. Aunque suene muy obvia dicha respuesta entraña muchas más cosas de las que parece, las cuales van acorde a la raza que somos.

Y, ¿qué tenemos en común todas las personas? Pues que queremos siempre lo mejor para nosotros, para nuestras familias y seres queridos, queremos que nos ayuden y nos apoyen en la toma de decisiones, queremos rodearnos de gente que nos otorgue confianza para sentirnos arropados y seguros, queremos que nos traten siempre lo mejor posible, que nos pongamos en el lugar del otro, que nos hagan sentir especiales, etc.

Y es aquí donde cobra más sentido contar con la figura de un agente inmobiliario de confianza ya que será esa persona que englobe todo lo citado anteriormente y ayude al cliente vendedor en todo el proceso de venta y al cliente comprador en todo el proceso de compra para minimizar al máximo todos los miedos e inquietudes que puedan tener y potenciar al máximo la confianza y la tranquilidad de saber que estás apoyando tus decisiones en la persona indicada.

Y todo esto no son simples palabras, están basadas en hechos.

Hace poco, estando con una clienta compradora en una cafetería próxima al inmueble al que repetía visita, me miraba fijamente y, con el documento de oferta para dicho piso encima de la mesa, me preguntaba si era normal tener miedo antes de firmarlo.

Por otro lado, he visto a clientes vendedores llorar de emoción en notaría al recordar todas las vivencias y momentos de felicidad vividos en el inmueble que estaban a punto de entregar a otro nuevo propietario para que sean ellos quienes prosigan con la historia de su antigua casa.

Es en esos momentos donde te das cuenta que tu profesión va más allá de lo estrictamente profesional y de que sin tu ayuda y dedicación, esas personas no habrían podido cumplir uno de los mayores sueños de su vida.

Si quieres que atienda cualquiera de tus dudas sobre cuestiones inmobiliarias en Gijón puedes hacerlo en el 644.32.19.06